Susana Giménez rapasó su vida, sus amores, sus peleas y sus éxitos, en un encuentro de divas en los almuerzos de Mirtha Legrand.
La cumbre de estrellas volvió a dar sus réditos porque entre las dos figuras consiguieron elevar el rating de América a 11,8 puntos, un récord para el canal en la franja horaria del mediodía.
La diva de los teléfonos se sentó a la mesa de ‘Chiqui’ para hablar de los amores, el trabajo, la competencia y la familia.
Puntualmente, a las 13:30, Susana ingresó al estudio de la Calle Fitz Roy para dar comienzo a uno de los encuentros más esperados de la pantalla chica.
"Estoy feliz de estar acá. Siempre me atienden brutal. En mi camarín había un catering impresionante, pero no probé bocado así podía comer con vos Chiqui", confesó Susana a modo de introducción.
Justamente, uno de los primeros temas a tratar fue la relación que posee la invitada con aquellos que le critican su figura: "Me molesta que se metan todo el tiempo con mi peso. Hace mucho que no estoy gorda, pero igual me pegan. Yo me río mucho de mí misma, pero llega un punto en el que digo ‘basta’".
"Mario Pergolini fue uno de los que más me dio con ese asunto. Igual ahora no me mata demasiado porque compartimos el canal y bueno, mucho no puede decir. Igual lo quiero. Creo que es muy canchero y simpático", añadió.
Del mismo modo, la diva hizo referencia a las bromas que suelen hacerle en los programas de espectáculos por sus continuos errores y frases disparatadas.
"El asunto del dinosaurio vivo me perseguirá toda la vida. Pero, ¿qué voy a hacer? Muchas veces digo estupideces por falta de información. Por ejemplo, mi hija Mercedes se enfureció conmigo el día que invité a los chicos de Gran Hermano y les pregunté cuánto tiempo estuvieron dentro de la casa, algo que para Mecha era obvio. Pero bueno, qué se yo, para mí no era tan obvio porque no lo veía", contó.
Como no podía ser de otra manera, la reunión entre las dos mujeres más importantes de la televisión argentina derivó en una charla sobre el estado actual de la "caja boba".
"La competencia es feroz. Por ejemplo, fue un año agotador. Amo lo que hago pero veo que cada vez es más fuerte la pelea dentro de ella", manifestó Susana. "Encima, veo mucha agresión y eso no me gusta. ‘Bailando por un sueño’ no lo miro porque estoy en viaje desde el canal hacia mi casa, pero en ocasiones llego y lo pongo. Pero como te dije, percibo mucha pelea innecesaria", expresó.
Mirtha aprovechó para preguntarle cómo era su relación con Marcelo Tinelli, uno de los principales rivales de la invitada en términos laborales.
"Ayer me lo encontré en la fiesta de la revista ‘Gente’ y se cansó de decirme cuánto me quería. Pero yo le dije que miente, que no me quiere nada porque le prohíbe a sus figuras venir a mi programa", reveló.
"Si bien Marcelo se hace el desentendido, me dice que a mí me cuentan las cosas al revés de cómo en verdad son, yo sé que él no me quiere prestar a su gente. Nuestra relación fue muy buena, pero ahora no está pasando por su mejor momento".
La diva también opinó sobre otras figuras del ambiente como Moria Casán y Ricardo Darín, pero a diferencia de lo que ocurre con Tinelli, Susana mantiene con ellos una "verdadera amistad".
De más está decir que la anfitriona no pudo evitar hacerle las clásicas preguntas de rigor que le formula cada vez que se encuentran.
Así, Susana habló de su pasado con Humberto Roviralta,(a quien calificó como "el mal paso" de su vida y el causante de "muchos años de infelicidad"); su temprana maternidad, su relación con el boxeador Carlos Monzón y sus años como actriz contratada por Daniel Tinayre.
Antes de despedirse, Susana se puso mística y reflexionó sobre la vida y la muerte. "No le tengo miedo a morir. He leído mucho sobre la vida más allá de la muerte. Creo que es una cosa más que forma parte de la vida y vendría a ser algo parecido al nacimiento: si uno no se acuerda de cómo llegó al mundo, tampoco debe recordar cuando se vaya de él", caviló la reina de los teléfonos.
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